martes, 12 de agosto de 2008

Vocación a la Vida Sacerdotal



.




Después de haber visto las diferentes vocaciones, comencemos a definir la vocación a la Vida Sacerdotal.
El Orden Sacerdotal es un sacramento que, por la imposición de las manos del Obispo, y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
El sacramento del orden lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos.
La vocación al sacerdocio lleva consigo el celibato, recomendado por el Señor. La obligación del celibato no es por exigencia de la naturaleza del sacerdocio, sino por ley eclesiástica .


La Iglesia quiere que los candidatos al sacerdocio abracen libremente el celibato por amor de Dios y servicio de los hombres .
La Iglesia quiere a sus sacerdotes célibes para que puedan dedicarse completamente al bien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia.
El sacerdote debe estar libre para dedicarse, cien por cien, al cuidado de las almas.


Pero, sobre todo, el celibato sacerdotal tiene un fundamento teológico: Cristo fue célibe, y el sacerdote es "alter Christus", es decir, otro Cristo .
El amor de Jesucristo es universal, igual para todos; sin los exclusivismos propios del amor matrimonial. Así debe ser el amor del sacerdote.


Cuando un hombre decide optar por la vida Sacerdotal debe cumplir con tres votos muy importantes que son la pobreza, la obediencia y la castidad. Cumplir con estos tres votos de manera total lleva al sacerdote a realizarse plenamente, pues es así como puede trabajar para Cristo.


Es el Sacerdote el que tiene a cargo la obra salvífica de Cristo, pues tiene a cargo a todos sus fieles y le corresponde evangelizarlos de manera que pueda llevar todas las almas a Cristo. Como vimos antes el Sacerdote es el otro Cristo, por tanto se dice que es el Pastor de la Iglesia y como tal debe luchar por mantener el rebaño unido y preparlo al encuentro con Cristo.


El hombre que decide hacerse Sacerdote está tomando consigo también un sacramento porque al hacerlo se consagra sacerdote para toda la vida. Recordemos que la Iglesia tiene siete sacramentos y que uno de ellos es el sacerdocio, por lo tanto es indispensable que el hombre llamado a esta vocación elija muy bien su descición. Por más que el hombre diga que no va ser sacerdote o que se arrepintió y se case y tenga hijos, estaría cometiendo un pecado mortal, porque EL SACERDOTE ES CONSAGRADO PARA TODA LA VIDA Y HASTA EL DIA DE SU MUERTE.


Otra característica sumamente importante del Sacerdocio es que es otorgado única y exclusivamente a los hombres. NINGUNA MUJER PUEDE EJERCER EL SACERDOCIO. Recordemos que Cristo fue hombre y que llegó a la tierra como hombre porque El es el hijo de Dios. A Cristo se le llama el Sumo Sacerdote y de ahí parte que los Sacerdotes representen a Cristo. Si una mujer se dedica al Sacerdocio estaría tergiversando el plan de Dios porque estaría dando a entender que Dios mandó a su HIJA para salvar al mundo y Cristo no es HIJA de Dios, es el HIJO DE DIOS. He aquí el problema.


Por otro lado el Sacerdote debe prepararse muy bien espiritualmente para poder llevar almas a Dios. Debe presentarse ante las almas como un fiel reflejo de Cristo, dispuesto hasta dar la vida por sus hermanos. Hay funciones que solamente le conciernen al Sacerdote.


Algunas son:


- Consagrar el cuerpo y la Sangre de Cristo ( El misterio Eucarístico)


- Impartir los 7 Sacramentos (ninguna persona puede bautizar a otra, por ejemplo)


- Confesar




Los Sacerdotes tienen tres grados que son: El diaconado, el presbiterado y el Obispado.




Mientras tanto debemos tener en cuenta que para ejercer el Sacerodocio de manera total hay que estar plenamente convencido de tener vocación. En la próxima entrega estaremos hablando de los tres grados del Sacerdote y del Pontificado.








No hay comentarios: