miércoles, 25 de agosto de 2010
Reflexion: Escuchar la voz de Cristo
Queridos Amigos: Que la Paz y el Amor de Cristo bendigan vuestros hogares. El día de hoy quiero regalaros esta reflexión que os va a ayudar a orar mejor, a estar siempre alegres en Cristo Jesús y a a aprender a depositar toda nuestra confianza en El, puesto que de sus santas manos salimos y a El volveremos. Dios os bendiga hoy y siempre.
ESCUCHAR LA VOZ DE CRISTO
" Para la Navidad del 2003 la pequeña Jacinta de 7 años de edad rezaba sus oraciones de la noche y le pedía a Dios que le regalara un castillo para barbies. Durante una semana hizo la misma oración segura de llegar a obtener el castillo. El día de Navidad se levantó y sin perder tiempo se asomó debajo del árbol. Pero descubrió con gran tristeza que su anhelado castillo no estaba. Llorando desconsolada le preguntaba a su mamá porque Dios era tan malo. La amorosa madre tomó a Jacinta y la sentó en su regazo y le dijo: Pequeña, todas las noches has rezado mucho por ese castillo tan hermoso, pero te duermes sin dejar que Diosito te hable. Cuando reces, haz algunos minutos de silencio para que Dios te hable a tí y tu lo puedas escuchar.
Jacinta obedeció a su mamá. Esa noche rezó e hizo unos minutos de silencio para que Diosito le hablara. Nuestro Señor le dijo: Amada Jacinta me pides un castillo para barbies y todavía no tienes ninguna para que lo habite. Déjame darte primero las habitantes del castillo. Al día siguiente, la feliz niña halló bajo el árbol de Navidad cinco hermosas barbies vestidas de princesas."
Muchas veces, nosotros actuamos como Jacinta. Oramos tan intensamente y pedimos todo cuanto necesitamos, pero nos olvidamos de darle un espacio a Dios. Y es que orar no consiste solamente en hablar y hablar y hablar como loros como hacemos cuando hablamos con nuestros amigos. Para poder orar bien, hay que saber hacerlo bien.
¿Entonces, qué es la oración?
Es un diálogo con Dios. El término diálogo, si se consulta en un diccionario, habla por sí solo. Veamos su definición: Conversación entre dos o más personas que se intercambian el turno de palabra.
Por tanto, cuando recurrimos a la oración, recurrimos a un diálogo con Dios. Nosotros hablamos y a la vez dejamos que El nos hable. Así como nosotros tenemos cosas importantes que decirle, Cristo también tiene cosas importantes que decirnos. Busquemos un momento agradable del día y con toda confianza, dirijámosle nuestras súplicas a Cristo. Y cuando terminemos de hablar, quedémonos callados algunos minutos, para que Cristo hable directamente a nuestro corazón. El sabrá decrinos exactamente lo que tenemos que oír. Cuando pasemos por una Iglesia, no dudemos en entrar un momentito a saludar a Dios que El nos estará esperando. Y si guardamos silencio, escucharemos su voz llena de Amor y de ternura que nos dice: "Gracias hijo, por haberme venido a visitar. Te espero mañana."
Escrito por: Penélope Barrantes
Referencias: http://www.wordreference.com/definicion/dialogo
http://www.es.catholic.net/aprendeaorar/
Barrantes, Diego. Cómo orar mejor. Boletín 1º
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