Queridos Amigos:
Espero que os encontreís bendecidos, prosperados y en victoria. Os saludo con estas palabras porque hoy es un día de gozo y felicidad: Celebramos Pentecostés!!! Sí, 50 días después de la resurreción de Cristo, el Señor nos envía su espíritu para que habite en nosotros y nos acompañe en nuestra vida. Podemos familiarizarnos con esta celebración al haber asistido hoy a misa, ya que las lecturas Primera: Hc 2,1_11; Salmo 103; Segunda:1Co12,3b_7.12_13; Evangelio: Jn 20,19_23 nos explican acerca de este maravilloso momento. El Espíritu Santo es dador de vida, es Amor, es Amistad, es Paráclito sin su ayuda vana sería nuestra fe. Por eso vamos a hablar de El.
¿Quién es el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande y tan perfecto que forma una tercera persona. El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y después, de manera perfecta, en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.
Recordemos que la Santísima Trinidad se define como "tres personas distintas y un sólo Dios verdadero. Por tanto, tener presente al Espíritu Divino es nuestras vidas, es señal de que estamos coniviendo inevitablemente con la Santísima Trinidad.
Señales del Espíritu Santo:
El viento, el fuego, la paloma. Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los laboratorios médicos para purificar a los instrumentos se les prende fuego.El Espíritu Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso al amor.
Nombres del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo ha recibido varios nombres a lo largo del nuevo Testamento: el Espíritu de verdad, el Abogado, el Paráclito, el Consolador, el Santificador.
Misión del Espíritu Santo:
El Espíritu Santo es santificador:
Para que el Espíritu Santo logre cumplir con su función, necesitamos entregarnos totalmente a Él y dejarnos conducir dócilmente por sus inspiraciones para que pueda perfeccionarnos y crecer todos los días en la santidad.
El Espíritu Santo mora en nosotros:
En San Juan 14, 16, encontramos la siguiente frase: “Yo rogaré al Padre y les dará otro abogado que estará con ustedes para siempre”. También, en I Corintios 3. 16 dice: “¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en ustedes?”. Es por esta razón que debemos respetar nuestro cuerpo y nuestra alma. Está en nosotros para obrar porque es “dador de vida” y es el amor. Esta aceptación está condicionada a nuestra aceptación y libre colaboración. Si nos entregamos a su acción amorosa y santificadora, hará maravillas en nosotros.
El Espíritu Santo ora en nosotros:
Necesitamos de un gran silencio interior y de una profunda pobreza espiritual para pedir que ore en nosotros el Espíritu Santo. Dejar que Dios ore en nosotros siendo dóciles al Espíritu. Dios interviene para bien de los que le aman.
El Espíritu Santo nos lleva a la verdad plena, nos fortalece para que podamos ser testigos del Señor, nos muestra la maravillosa riqueza del mensaje cristiano, nos llena de amor, de paz, de gozo, de fe y de creciente esperanza.
No hay nada mejor para le bien de nuestras almas que dejar entrar al espíritu de Dios, dado que son numerosas veces en las que tomamos desciciones y las llevamos a cabo sin estar seguros de si es lo correcto para Dios. Muchas veces las cosas no nos salen "como queríamos". Es necesario pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine para que El actúe en nuestras vidas.
Veamos ahora de qué manera podemos rezar al espíritu de Amor, ya que él concede a quien pida con fe sus dones, por los cuales a través de ellos actúa en nuestras vidas. Es necesario ser vehemente a la hora de solicitarlos porque éstos nos ayudan a caminar y actuar de una forma más recta.
Los siete dones del Espíritu Santo:
Estos dones son regalos de Dios y sólo con nuestro esfuerzo no podemos hacer que crezcan o se desarrollen. Necesitan de la acción directa del Espíritu Santo para poder actuar con ellos.
SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las cosas divinas, para poder juzgarlas rectamente.
ENTENDIMIENTO: Por él, nuestra inteligencia se hace apta para entender intuitivamente las verdades reveladas y las naturales de acuerdo al fin sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el por qué de las cosas que nos manda Dios.
CIENCIA: Hace capaz a nuestra inteligencia de juzgar rectamente las cosas creadas de acuerdo con su fin sobrenatural. Nos ayuda a pensar bien y a entender con fe las cosas del mundo.
CONSEJO: Permite que el alma intuya rectamente lo que debe de hacer en una circunstancia determinada. Nos ayuda a ser buenos consejeros de los demás, guiándolos por el camino del bien.
FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. Nos ayuda a no caer en las tentaciones que nos ponga el demonio.
PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma para ayudarle a amar a Dios como Padre y a los hombres como hermanos, ayudándolos y respetándolos.
TEMOR DE DIOS: Le da al alma la docilidad para apartarse del pecado por temor a disgustar a Dios que es su supremo bien. Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar como la persona más importante y buena del mundo, a nunca decir nada contra Él.
Himno al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,ven dador de dones,luz de los corazones.
Ven, consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, alivio que conforta.
Descanso en el trabajo ,en el ardor tranquilidad, consuelo en nuestro llanto.
Que tu luz santísima ilumine lo más íntimo del corazón de tus fieles.
Sin tu gracia divina nada bueno hay en el hombre,nada que sea inocente.
Lava nuestras culpas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas.
Ablanda lo que es duro, templa lo que es frío, corrige nuestros errores
Concede a los fieles que en ti confían,tus siete sagrados dones.
Premia nuestros esfuerzos, danos tu salvación,en la eterna alegría. Amén.
Amigos: Recordad que el Espíritu Santo siempre estará a nuestro lado listo para ser nuestro defnsor y salvador. Ojalá vivamos este Pentecostés con mucha alegría y compartamos esta alegría con las personas que nos rodean. Os quiero regalar algunos enlaces que complementan este artículo. Por ejemplo el artículo completo de donde saqué ¿Quién es el Espíritu Santo?, Su Misión y sus dones, lo podeís encontrar en http://www.es.catholic.net/celebraciones/120/3051/articulo.php?id=1270
Si quereís más oraciones al Espíritu Santo podeís visitar el sitio http://www.reinadelcielo.org/ , y para profundizar más sobre Pentecostés os recomiendo la página oficial del vaticano http://www.vatican.va/
Os quiere,
Penélope
Texto adaptado. Derechos reservados 2009