sábado, 12 de diciembre de 2009

Hoy es Día de la Virgencita de Guadalupe!!!!


Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios! No desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades, antes bien líbranos siempre de todos los peligros oh Virgen siempre gloriosa y bendita. Amén.


Queridos Hermanos: Estamos de fiesta!!!! Por fin llegó el ansiado día de Nuestra Señora de Guadalupe. Es un día muy especial aquí en México, porque la Basílica de Guadalupe está llena totalmente por los cuatro costados, y los festejos en su honor se oyen en todas partes. Yo por mi parte, quiero compartir esta alegría con vosotros, que os contagieís de ella y que accedaís abrirle el corazón a María. María es Madre de Dios y Madre de todos nosotros, por eso podemos recurrir a ella con toda confianza, ya que ella siempre está allí, dispuesta a amar inmensamente a todos sus hijitos. La historia de la Guadalupana es muy bella, si recordaís bien el pasado 9 de Diciembre, celebramos el día de San Juan Diego, uno de sus hijitos preferidos y que por cierto acá en México es muy venerado.


Nosotros hermanos, debemos ser como San Juan Diego: Humildes, pacientes y a la espera ansiosa de encontrarnos con nuestra Madrecita, que nos demuestra su amor de mil formas.Ya observamos, en esta verdadera historia de amor entre una Madre y un hijo, la gran confianza que tenía puesta el pequeño Juan Diego en aquella Señora Preciosa que hablaba con él, y cómo obedeció a los mandatos divinos sin cuestionarse nada, simplemente aceptando en todo la voluntad de Dios. Es por ésta razón que la Virgen María decide premiar a su hijito, el más pequeño y al que nadie le creyó cuando hablaba, apareciendo su imagen en aquella humilde tela de yute que portaba el indito y ante la mirada atónita del Arzobispo y sus acompañantes. Cuando rememoramos esta historia, hermanos, es posible encontrar en ella una inmensa confianza por parte de Juan Diego a su Señora, y un enorme amor por parte de María hacia su hijito Juan Diego y, por ende, hacia todos nosotros. Quizás María, bajo la advocación de la Virgencita de Guadalupe, sea una de las más veneradas en Latinoamérica, por su sencillez y por el inmenso amor del cual contagian los mexicanos hacia el resto de los Latinoamericanos.


Realmente es imposible encontrar un mexicano que todas las mañanas se olvide de encomendarse a la Guadalupana, porque nuestra Señora ha sido tan bondadosa con sus hijos, que en cada hogar mexicano hay una estatuilla de su Patrona en un lugar privilegiado, y que en la mayoría de las ocasiones, vale más que todos los bienes materiales que posea ese hogar. Y es que, en efecto, el amor de los mexicanos hacia su Madre es 100% comprobable, como me sucedió a mí. Os contaré una pequeña historia: Hace unos días visité a una amiga mexicana que vive con sus dos hijos y su esposo, todos con el dinero suficiente para vivir bien. Cuando llegué a visitarla, observé que faltaban algunas cosas en la sala, y que para ella eran de gran valor. Le pregunté adónde había guardado dichos adornos, y me contó que lo que pasó fue que habían asaltado su casa. A pesar de que ella sufrió por ésta situación, el sufrimiento no fue tan grande porque encontró a los pies de la Virgencita de Guadalupe, un papel que decía: " Nos llevamos todo menos a María, porque sabemos que ella vale más que los adornos que tienen en la sala. Si les dejamos a la Guadalupana, les dejamos todo" . Es increíble que hasta los ladrones amen y respeten a su Patrona.


Hermanos: En un día como hoy, México D.F. es la ciudad más llena del mundo. De todas las provincias han llegado a visitar a la Virgencita, y no solamente desde el interior de México: Os cuento que de varias ciudades del mundo han llegado miles de personas a venerar a la Guadalupana, y que la Basílica que podeís observar a medio lado en mi página, está completamente llena de personas, fiesta y alegría. Estar en México un 12 de Diciembre, es el mejor regalo que Dios le puede dar a los Católicos. Por medio de la Guadalupana se han realizado tantos milagros, que el amor y la confianza por ella crecen cada día más, y se extiende fuera de las fronteras mexicanas. Tal y como me sucedió a mí, que a pesar de que soy de nacimiento española, fui conquistada por esa Virgen de piel morena que mira a sus hijos con tanto amor y me siento cada día más Mexicana. Dentro de un par de horas, salgo a darme la segunda vuelta por la Basílica, para ver si esta vez logro entrar hasta el altar. Cuando esté adentro y cerquita de ella, le pediré desde lo más profundo de mi corazón que su Amor inunde este pequeño blog que con tanto cariño está dedicado a ella, que os bendiga a vosotros, hermanos seguidores de este blog, para que sigaís creciendo en la fe y siempre firmes en la única y verdadera Iglesia.


Hermanos: Desde lo más profundo de mi corazón os envío por medio de esta maravillosa herramienta electrónica, todo el Amor de la Guadalupana para ustedes, para que permanezcan siempre bajo su amparo, para que recurraís a ella en vuestras alegrías y tribulaciones, para que le correspondaís ese Amor y seaís hombres y mujeres de bien. No olvideís nunca decir: Virgen de Guadalupe, rogad por nosotros.


Virgencita Guadalupana: Bajo tu amparo nos acogemos, nos refugiamos y nos protejemos. No nos dejes caer en tentación, llévanos siempre por el camino del bien y alcánzanos las gracias necesarias para algún día merecer compartir contigo y con tu hijo la vida eterna. Amén.


Escrito por: Penélope Barrantes
Derechos reservados

La Guadalupana, tu madre


Autor: P. Mariano de Blas LC
Tenemos miedo de tantas cosas, la enfermedad, falta de dinero, que nos roben, miedo al futuro. Pero Ella nos dice: “No temas..."



El nombre más repetido en las mujeres mexicanas es el de GUADALUPE. Por eso muchas celebran su santo el 12 de Diciembre, fecha en que una mujer vestida de princesa, se le apareció a un natural de esta tierra, a Juan Diego, en la Colina del Tepeyac. Santa María de Guadalupe es el nombre de la celestial Señora. Ella pidió que se construyera un templo, y el templo se construyó. Más aún, hace algunos años se construyó un nuevo santuario más grande y moderno para dar cabida a un número mayor de peregrinos. Hoy se encuentran muchísimos templos en todo México dedicados a la Virgen de Guadalupe.


Casi todas las ciudades tienen el suyo. ¿Para qué pidió un templo? Para que todos nos sintiéramos en su casa cuando fuéramos allí a rezar, para poder decir a cada habitante de nuestro país las mismas palabras que dirigió a Juan Diego: “No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?” Hermosas palabras que nos quiere decir a cada uno todos los días, pero sobre todo en esos días amargos, días de dolor y desesperanza. “No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?...” Tenemos miedo de tantas cosas, miedo de perder la salud, el dinero, a que nos roben, miedo al futuro. Existe mucho miedo en el ambiente. “No temas...”, nos dice Ella. El 12 de Diciembre hasta los más duros se ablandan, van de rodillas ante la Guadalupana. Santos y pecadores, borrachos y mujeriegos, quizá hasta le juren a la Virgencita que van a cambiar para siempre, y al día siguiente vuelven a ser los mismos.


Pero hicieron el intento, y cualquier intento es bueno. Ella se los toma en cuenta. Después de tantos intentos fallidos, basta que uno de esos esfuerzos de resultado. Yo me pregunto si México sería el mismo si no hubiera intervenido en su historia la Reina del Cielo. Me impresiona que los mismos inicios de México como nación, interviniera tan amorosamente esa Persona a quién con santo orgullo se le llama “Reina de México”. En aquel momento era necesaria la ayuda y protección de la Madre de Dios. Hoy es mucho más necesaria. Los males de México son tantos y tan duros que se necesita la ayuda del cielo para remediarlos. Creo que no bastan los buenos políticos y los buenos economistas. ¡Reza, México, a tu Reina!, para que puedas ser liberado de este naufragio.


Esa Reina no ha devaluado su amor a México ni a los mexicanos, hoy los quiere como entonces, pero se necesitan millones de manos alzadas al cielo, millones de rodillas que toquen la tierra rezando, millones de lenguas y corazones que unan su voz y su amor en una oración gigantesca y sonora a la Reina de México, para que venga a auxiliarnos en esta hora difícil. Para los que tienen fe, hay un faro de esperanza en la Colina del Tepeyac que se llama Santa María de Guadalupe. El tesoro más rico que México y el mundo entero tiene es una tilma sencilla donde la Madre de Dios se pintó a sí misma para que al contemplarla oyéramos todos su dulce mensaje: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”



ROSAS EN EL TEPEYAC



Las veo en la ladera del bosque; son grandes, muy variadas: Todas llevan en su cáliz perlas del rocío de la noche. Las ha plantado una mano celestial. La Madre de Dios tiene preferencia por las rosas de Castilla, le gustan las rosas. En su jardín del cielo debe haber plantado rosas a granel, y deben muchos ángeles cuidarlas con primor.


Son las rosas de la Madre del Señor. “Rosas en mi jardín no hay ya, todas han muerto”, diría un día el poeta. ¡Qué tragedia! Mustios pétalos por el suelo es todo lo que queda de la gloria de las rosas. Habrá que pedirle a la dueña del Tepeyac algunos retoños de rosal de los que plantó en la colina para plantarlos en el jardín. Esos rosales siempre ostentan rosas, son frescas y hermosas; nunca se marchitan porque son de Ella.


La imagen de Guadalupe está pintada con pétalos de rosa, con rocío de la noche, con amor materno. No importa que el lienzo sea lo más pobre, porque esa tilma recoge la obra maestra que un pincel grabó en ella. ¿Un serafín? ¿Sabía pintura la Virgen? Los de brocha de aquí abajo no aciertan a descifrar con qué arte de dibujo fue impresa tan magnífica pintura en una tela tan pobre.



Con María de Guadalupe


Autor: P. Fernando Pascual LC

Lucas 1, 39-48. Solemnidad de la Virgen de Guadalupe. María nos espera a todos, como a hijos. Estaremos muy cerca de Dios si sabemos conservar, el amor a la Virgen del Tepeyac.

Lucas 1, 39-48. En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. "Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".


Reflexión


En el cruce de un camino, en lo alto de una iglesia, en la puerta de la casa, dentro de un coche, en un cuarto, en la pantalla de una computadora, se encuentra la imagen de la Virgen. De modo especial, encontramos su retrato guadalupano. El milagro de las apariciones en el Tepeyac nos recuerda lo que la Iglesia ha meditado durante siglos: que María está al lado de todos los creyentes, que no nos deja solos, que somos sus hijos, aunque a veces no nos portemos de verdad como cristianos. María, la Madre de Jesús, nos acompaña, nos sonríe, nos alienta en todos los lugares, en cualquier tiempo del año.


En el momento del dolor y de la prueba, allí está Ella. En las alegrías y las esperanzas, allí está Ella. En un encuentro de familia, en la reunión de los amigos, en el trabajo o en la escuela, no puede faltar Ella. En el momento de la agonía, cuando llega la hora de recoger el equipaje para presentarnos ante Dios, María nos asiste y nos da fuerzas como la mejor de las madres. María es Madre: no puede olvidar a ninguno de sus hijos. Podremos ser malos, podremos vivir como vagabundos, podremos tal vez olvidar o renegar de nuestro nombre de cristianos. Ella continúa con su amor: espera que el rebelde, tarde o temprano, cansado o herido, vuelva a casa. Nos prepara la acogida de la esperanza y del amor: no quiere que le demos explicaciones. Le basta el vernos allí, de nuevo, en familia. La Iglesia en México, en América, en el mundo entero, tendrá siempre presente un cerro en el que la Virgen nos alentó con su cariño: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?” Son palabras que nos unen directamente al Calvario, cuando Cristo, el crucificado, le dijo a María: “He ahí a tu hijo”.


Son palabras que nos alivian en las mil aventuras de la vida, en los peligros, en las pruebas, en los fracasos. María nos espera a todos, como a hijos. México estará muy cerca de Dios si sabe conservar, en la fe de cada mexicano, su amor a la Virgen, Nuestra Señora del Tepeyac. Cuando rompamos las fronteras de la muerte y encontremos al Dios de la justicia y del perdón, sentiremos en lo más profundo del corazón el cariño de María de Guadalupe. Un amor fiel, un amor fresco, un amor de Madre, en el tiempo y en la eternidad.




La Virgen de Guadalupe, símbolo de inculturación de la fe


Entrevista al postulador de la beatificación del indio Juan Diego


MÉXICO, viernes 11 de diciembre de 2009.


México y América toda se aprestan a celebrar, mañana sábado 12 de diciembre, a la Virgen de Guadalupe. Varios millones de personas irán a la Basílica de Guadalupe, enclavada en la falda del cerro del Tepeyac, lugar de la aparición marianas al indígena Juan Diego Cuauhtlatotoatzin, hoy San Juan Diego.
Para conocer la última hora de la teología del acontecimiento guadalupano, sobre todo en su relación con la identidad de México y de los pueblos de América, ZENIT-El Observador entrevistó a monseñor Eduardo Chávez Sánchez, quien fuera postulador de la causa de Canonización de San Juan Diego y actualmente funge como coordinador del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, en la Ciudad de México y como canónigo de la Basílica de Guadalupe

¿En qué sentido se puede decir que la Virgen de Guadalupe es constructora de la identidad nacional?
Monseñor Eduardo Chávez: Para mí se forja México el 12 de diciembre de 1531, porque ella toma todo lo que es la identidad indígena y española, desde aquí manda un mensaje para el mundo entero, ella habla en Náhuatl, ella se plasma en una tilma Náhuatl, su mensajero es un indígena de mentalidad tolteca: San Juan Diego, ella toma mucho de esta mentalidad para dar el mensaje de Jesús como Dios vivo, verdadero. Lanza su voz al mundo entero a través de los indígenas, sin descuidar a los españoles porque ella es una Inmaculada Concepción que entendían perfectamente los hispanos, ella es una mujer de adviento también perfectamente comprendido por ellos; sabemos que los ibéricos celebraban la octava de la Inmaculada Concepción en el momento de su aparición. Así que ella hace una identidad nueva conjuntando las cosmovisiones española e indígena, el fruto lo lanza al mundo entero, por eso Juan Pablo II le llama el modelo perfectamente inculturado de esa evangelización.


¿Por qué se dice que la Virgen de Guadalupe es madre de la civilización del amor?

Monseñor Eduardo Chávez: Ella da a luz la Civilización del Amor porque cuando le dice a Juan Diego “Quiero una casita sagrada” está hablando de un templo, pero también habla de familia, es decir habla de Iglesia. Dice la Virgen de Guadalupe muy claramente: yo quiero ofrecer todo mi amor y ese amor es Jesucristo. En otras palabras ella quiere la construcción no sólo de un templo material, sino la nueva civilización donde el centro es Jesucristo, o sea, el amor. Por todo esto ella es la forjadora de la Civilización del Amor.


¿Es correcto denominarla Virgen Indígena?
Monseñor Eduardo Chávez: Si se toman algunos elementos que ella tiene sí. Pero lo más correcto es lo que dice Juan Pablo II: es la Virgen mestiza. Esto ya lo había dicho Juan XXIII: su rostro es mestizo, ella es la integración de todas las razas, ella es madre de todos los seres humanos, de todos los pueblos, por eso le dice a Juan Diego “Soy tu madre y de todas las mas variadas estirpes”, por tanto es madre de todos los seres humanos.


¿Cuál puede ser el impacto de los valores marianos dentro de la mentalidad norteamericana?
Monseñor Eduardo Chávez: Lo católico en Estados Unidos se vive con mucha intensidad, pues allí se es una religión no mayoritaria, esto hace que los católicos sean más fieles y observantes, se es católico porque realmente se vive, no por mera tradición. Por otro lado la Iglesia Católica viene con la bandera de Santa María, muy especialmente bajo su advocación de Guadalupe. Así que una Iglesia donde se venera a la Virgen María, es una lugar donde se adora al único Dios vivo y verdadero, por eso tiene mucha fuerza en Estados Unidos. Como consecuencia hay un impacto real de los valores marianos en la sociedad norteamericana.


¿Es la Virgen de Guadalupe un símbolo de unidad entre las culturas?
Monseñor Eduardo Chávez: Así es, es un signo de unidad de todas las culturas ¿y esa unidad cuál es? El amor; un chino, un europeo, un africano, todos necesitamos el amor, queremos vivir en el amor. Por eso Juan Pablo II lo vio tan claramente que le llama: Madre de América, Patrona de América; ya no usa “las Américas”, no más plural porque se da cuenta que en el amor no hay fronteras. Todos somos hijos de Dios y tenemos la misma dignidad.


¿Qué significa el XIII caña para la mentalidad azteca y cómo se relaciona con la Virgen de Guadalupe?
Monseñor Eduardo Chávez: Es una fecha que para ellos significaba iniciar una nueva era, en el códice de la fundación de México lo primero que ponen es la caseta XIII caña que significa “Una nueva civilización comienza” también en el calendario azteca, la caseta central a lo alto es el XIII caña, un nuevo ciclo. Como lo dice (Miguel) León-Portilla simboliza rumbo a la casa de la sabiduría, a la casa de la luz; es nuevo día y sabiduría divina. 1531 en el calendario europeo coincide con XIII caña en el calendario indígena, para ellos el hecho de que haya tenido este encuentro la Virgen de Guadalupe con los seres humanos significa que se está iniciando una nueva era llena de la sabiduría divina.


¿Qué valores trasmite la Virgen de Guadalupe a la sociedad actual?
Monseñor Eduardo Chávez: Antes que nada humildad, ella elige a Juan Diego y su característica más importante es la humildad, la sencillez. También ella es humilde, dice “Hágase en mí según tu palabra, soy tu sierva”, del mismo modo que Santa Isabel cuando recibe la visita de la Virgen “¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Así como Juan Bautista que dice “Yo no soy el que debe de brillar, es él quien debe de brillar, yo no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias”; todo esto es humildad. El pecado llega al corazón humano por la soberbia.


¿Cómo influyó la mentalidad tolteca de Juan Diego en la recepción del mensaje Guadalupano?
Monseñor Eduardo Chávez: La cultura tolteca era como tierra fértil para la recepción del mensaje, habían llegado a creer en un solo dios: Tloquenahuaque, le llamaban incluso el dios desconocido. Llegar a la idea de un solo Dios con la pura fuerza de la razón es frustrante porque está el mal en el mundo y no se puede explicar esta realidad; Netzahualcóyotl le gritaba “Quiero cantar tus flores Tloquenahuaque pero estás muy lejos y no te importa el ser humano”. Por eso cuando Guadalupe se encuentra con Juan Diego y le dice “Yo soy la madre del Tloquenahuaque” ;(no es un ídolo debe quedar bien claro) es una característica del Dios vivo; Juan Diego capta perfectamente que se trata del único Dios, que no está alejado, que se no burla de él. Sin embargo desde que la vio siempre supo que era la madre de Jesús porque le dijo voy a Tlatelolco a recibir el catecismo departe de tus sacerdotes. No la confunde con ningún ídolo capta perfectamente que es María la Madre de Jesús.


¿Qué papel debería tener dentro de los festejos del Bicentenario de la Independencia de muchos países latinoamericanos, entre ellos México, la Virgen de Guadalupe?
Monseñor Eduardo Chávez: Muy importante porque es forjadora de toda una nación, pero yo veo más trascendencia, desde esta patria, tenemos una responsabilidad con el mundo entero, nosotros debemos ser esos instrumentos de Dios, por medio de la Virgen de Guadalupe para ser una civilización del amor en el mundo entero.



domingo, 6 de diciembre de 2009

María alienta nuestro corazón para la venida de Jesús


Segundo domingo de Adviento



En el siglo II antes de Cristo, el profeta Jeremías sostenía la fe del pueblo hebreo, deportado en tierras extrañas, y su secretario, su amanuense, Baruc, también se sintió con derecho a dejarnos por escrito un librito consolador, alentando la esperanza del pueblo en el día de su retorno a la tierra prometida, al añorado templo de Jerusalén, después de amargos años en la deportación. No le salió tan mal el verso al secretario, pues en sus páginas podemos vivir la ilusión del pueblo que regresa entre cantos de victoria y alabanza, y a nosotros nos permite vivir hoy con María, los días previos a la venida de su Hijo Jesucristo.


Podemos ir desgranando algunos de sus renglones, con el cariño con que María fue preparando pobremente la ropita de su hijo para el momento de su nacimiento. “Jerusalén, despójate de tus vestidos de luto y aflicción, y vístete para siempre con el esplendor de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y adorna tu cabeza con la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo”. ¡Cómo me gustaría hoy que todos los jóvenes, que gustan vestir de negro, pintando sus propios labios de negro, dirigiéndose a espectáculos donde se encuentran de todo menos la paz, el sosiego y el silencio, pudieran escuchar al Profeta!


No puede haber luto y aflicción donde está el Hijo del Altísimo, donde está el que dejó su gloria para darnos a nosotros el amor y la paz. Deja, joven, que Dios te dé su manto, y adorne tu frente con diadema de gloria y esperanza. “Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla a tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del Espíritu, gozosos porque Dios se acordó de ellos. Salieron a pie, llevados por los enemigos, pero Dios te los devuelve llenos de gloria, como príncipes reales”. Pienso en las madres, que llenas de angustia, después de haber insistido inútilmente con sus hijos de preferir la tranquilidad de la casa paterna, suelen ir en desbandada, en grupos, a los “antros” o a las “disco”, incapaces de oponerse, casi arrastrados, por los enemigos, el placer, la diversión, la violencia, el desenfreno, la lujuria, los excesos en la bebida. Ponte de pie... sube a la altura... levanta los ojos, Dios te los regresa, llegan no buscando el jergón, la cobija, la oscuridad para medio descansar después de una noche de aventura... Dios te los devuelve... como príncipes reales.


Eso es lo que hace con nosotros el Señor, después de la noche del pecado, Cristo acompaña a nuestra humanidad, a cada uno de los hombres, y nos hace hijos de la luz, de la esperanza, del amor, del gozo que nadie podrá arrebatarnos, porque es fruto de su amor, de su entrega, de su donación. El Salvador vendrá, Él está por llegar, pero ya Baruc, y luego Juan el Bautista, invitarían a su pueblo, y es la invitación de la Iglesia, a preparar los caminos, abrir los corazones, para que la ayuda que nos viene del exterior, encuentre causes para llegar hasta el último de los moradores. ¡Qué difícil es llegar con la ayuda, con los víveres y las medicinas, después de una inundación o de un terremoto, cuando no existen carreteras ni caminos! Por eso, “Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios”.


Aún hay en nuestro corazón muchas montañas de orgullo, de vanidad, de autosuficiencia, y muchas hondonadas, muchos precipicios oscuros a los que el Señor tiene que llegar, para que vengan con él la luz y la paz del corazón. “Los bosques y los árboles fragantes le darán sombra por orden de Dios. Porque el Señor guiará a Israel en medio de la alegría y a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su justicia”. Él nos guiará, esa es su misión, es la misión de Cristo entre nosotros, guiar, conducir, alentar, vigorizar los corazones, desentumecer las rodillas, como gusta decir Juan Pablo II, que ya no puede moverse físicamente, pero que alienta, que conduce, hasta elevar nuestras miradas al Salvador. Y aquí conectamos con San Pablo, que recomienda que el amor de Cristo “Siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la justicia, que nos viene de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios”.


Eso es lo que nos hace falta: crecer más y más en Cristo Jesús para poder escoger siempre lo mejor y llegar limpios. Escoger siempre lo mejor, no contentarnos con espuma, con barro, con estiércol, con tinieblas, con oscuridades, buscar mejor la paz interior, el consuelo, la dicha y la paz, cosas todas ellas en las que María es experta. Esa mujer a quien contemplaremos el próximo martes, en su Concepción Inmaculada, y luego entre los mexicanos y en toda América, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, la primera evangelizadora de América, la mujer de la Luz, la mujer de la Paz, la mujer de la Esperanza. "Santa María de la Alegría y la Esperanza, danos deseos de recibir a tu Hijo Jesucristo levantando los ojos a lo alto, de donde nos vendrá la Salvación."




Bajo el Amparo de la Guadalupana de manteles largos!!!!


Queridos Amigos:

Espero realmente que os encontreís bien. En este hermoso país de México, el mes de Diciembre ha llegado con mucha fuerza, y los aires navideños están danzando en las calles. Lamento no haberos podido escribir y/o subir muchas cosas en Noviembre, mas los deseos de Evangelizaros nunca me han faltado y aquí estoy en pie, para continuar con la hermosa misión que nos encomienda nuestra Santa Madre Iglesia.

Hermanos: Nos encontramos en un hermoso tiempo: Adviento!! Por eso debemos prepararnos e ir disponiendo nuestro corazón para la llegada del Rey Altísimo a esta tierra durante el maravilloso día de la Navidad. Recordad que la Navidad es una época llena de alegría, felicidad, fe, buenos deseos y que no toda la felicidad está en el dinero que tengamos o los regalos que repartamos. Claro que es un acto muy bonito el de darle regalos a nuestros familiares en Navidad, pero ante todo debemos mantener el Nacmiento de Cristo en nuestros corazones.


La otra maravillosa noticia que durante estos días nos llena de inmensa alegría a los "mexicanos" ( la gente es tan linda aquí, que he llegado a sentirme yo también mexicana), es acerca de una hermosa festividad que está a sólo una semana de celebrarse: EL DIA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE!!!! Diciembre en México está doblemente alegre porque no solamente la Navidad entró, sino que estamos a punto de estallar en amor, por la Querídisima Guadalupana el próximo Sábado 12. Por eso es que este blog está de manteles largos, recordemos que está totalmente bajo el amparo y protección de la Virgencita Guadalupanita y juntos, queridos amigos, espero que llenemos esta pequeña página de alegría y que cada día sea una verdadera espera ansiosa por celebrarle a nuestra celestial Madrecita.

Durante estos día tratemos de vivir con mucha paz y mucho amor en nuestros corazones, para prepararnos especialmente para este día que tanta felicidad trae a todos los Guadalupanos.


Así que amigos, os invito a no dejar de visitar el blog, para que esteís al tanto de todo lo que os publicaré, relacionado con nuestra Madrecita para que ésta página se convierta en un verdadero tributo a ella. Deseo de todo corazón que Dios os Bendiga y, pronto, les estaré entregando un trabajito realizado con mucho amor para todos ustedes.

Paz y Bien,

Penélope Barrantes.